Para demostrar su proximidad a los ciudadanos, el duque Guillermo decidió residir en el centro de la ciudad y establecer así un vínculo histórico con sus antepasados.

Debido a la falta de espacio, el palacio se adosó a las casas vecinas y era relativamente modesto en tamaño. En 1835, el duque Wilhelm von Nassau encargó al jefe de construcción del Gran Ducado, Georg Moller, la planificación del palacio de la ciudad, pero no pudo mudarse él mismo, ya que falleció en 1839. En su lugar, su hijo Adolf se convirtió en el primer y único señor permanente del palacio en 1841. Después de que el duque Adolf tuviera que exiliarse en 1866, el Reino de Prusia utilizó el palacio para las estancias del káiser Guillermo I y Guillermo II. En 1925 fue la sede del Ejército Británico del Rin y en 1930 la Administración del Palacio Estatal Prusiano instaló en él un museo.

Tras la grave destrucción sufrida durante la Segunda Guerra Mundial, el palacio fue restaurado y se convirtió en la sede del Parlamento del Estado de Hesse.